Entrevista a Inmaculada Fernández. Historia de una vocación

Como muchos ya conocen, soy educadora infantil y trabajo en el primer ciclo de infantil 0-3 del colegio San Ignacio de Loyola.
Compagino mi rol de educadora con el de coordinación de la etapa de bebés y para ello cuento con la inestimable ayuda de un gran equipo de profesionales que busca crear un espacio enriquecedor ,seguro y cariñoso para los niños en estos primeros años de vida, tan cruciales para su futuro desarrollo.
Trabajamos alineados con las familias para que éstas puedan adquirir seguridad y confianza en esta apasionante tarea de criar y educar a sus hijos.
Sumado a los más de veinte años que tengo de experiencia profesional en este campo y en estas primeras edades, cuento con mi propia experiencia como madre de familia, al igual que muchas de mis compañeras en esta labor.
Un trabajo vocacional
Quien conozca mínimamente el trabajo con bebés, sabe que es un trabajo retador, apasionante y que además de proporcionar muchas recompensas, también provoca algún dolor de cabeza (…risas…). Pero cuando se tiene auténtica vocación, las rutinas que forman parte de nuestro trabajo, se convierten en una auténtica aventura más que gratificante, que nos permite asistir en primera persona al desarrollo de los pequeños, sus avances, sus descubrimientos y por suerte, podemos compartirlo con ellos.
La incorporación de los niños al primer ciclo de educación infantil, les permite descubrir un universo de relaciones sociales y un mundo de estímulos que amplían las que hasta ese momento han experimentado en su entorno familiar.
Sin duda, cada aprendizaje va a ser crucial en el desarrollo de sus capacidades futuras.
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