Encuentro de Emilio de Villota y los alumnos de San Ignacio.

Con motivo de la próxima bendición del polideportivo que lleva el nombre de su hija, Emilio de Villota, visitó el colegio hace unos días y compartió un emotivo encuentro con los alumnos de Secundaria, Bachillerato y FP.
Acompañado de Alfonso Jiménez, Presidente de la Fundación del Consejo Superior de Deportes y amigo de la familia Villota, se encargaron de desvelar a los alumnos la fuerza y vitalidad de María, aún en los momentos más duros, tras el accidente de automovilismo que le costaría su carrera y posteriormente la vida.
Algunas de las virtudes que caracterizaban a María, la gestión del detalle, el perfeccionismo, el afán de superación, el esfuerzo constante…siguieron estando presente tras sufrir el aparatoso accidente y aparecieron otras nuevas, que incluso para los más allegados, fueron una sorpresa: la alegría de vivir, la necesidad de hacer algo por los demás, el afán por sacar la mejor versión de sí misma…
María, como su mismo padre comentó en el encuentro, es un caballo de Troya para los jóvenes de hoy, ya que gracias una serie de elementos externos (la pompa del automovilismo, la influencia social, el choque de ver una mujer en un mundo eminentemente masculino…) es más fácil que su vida, sus valores y su ejemplo, calen hondo en los jóvenes que buscan su pasión, descubrir su talento y seguir un camino. “No renunciéis a vuestros sueños y tratar de ser la mejor versión de vosotros mismos”, decía María. “La sensación de hacer algo por los demás es tan plena que hace que la vida merezca la pena.”
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