"La normalidad excelente es el auténtico milagro, tanto en la familia como en la escuela."

Con esta frase de agradecimiento, comenzaba Gregorio Luri su intervención en el encuentro celebrado el pasado día 5 de abril con las familias San Ignacio y su Comunidad Educativa.
Un encuentro que lanzó mucha luz a los allí presentes dado el nivel de conocimiento y experiencia de Luri en materia de aprendizaje y educación de la atención.
¿El aprendizaje es una actividad intelectual o es también es una actividad moral?, preguntaba el filósofo y pedagogo.
Varios estudios realizados al hilo de este asunto, ponen de manifiesto la diferencia entre Oriente y Occidente para entender el conocimiento. Mencionaba Luri algunos de ellos, por ejemplo el liderado por el Presidente del Consejo Escolar del Estado, Francisco López Ruipérez, que estudió los valores que estaban más relacionados a los mejores resultados obtenidos en PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). Fue la resiliencia la que ayudó a explicar estos resultados, mucho más que el clima escolar o la frecuencia de la asistencia a clase.
Luri entiende la resiliencia como la perseverancia, una virtud que se da en muchos ámbitos de la vida, también en el intelectual y que sin duda es, una de las manifestaciones de la atención. La disposición a mantener la voluntad y el esfuerzo ante algo que se nos resiste es la perseverancia y el talento puede mejorarse por medio de la perseverancia y el entrenamiento.
Luri aportaba datos concretos extraídos de diferentes estudios, que analizaban la diferencia entre Oriente y Occidente en el ejercicio de esta perseverancia y en el modo de comprender el aprendizaje. Y es precisamente, en los valores que asociamos a este aprendizaje, donde se va a determinar la consecución de unos mejores o peores resultados académicos. Por ejemplo, para los latinos, los buenos resultados académicos dependen de, la inteligencia nativa o de si le caes bien o mal al profesor. Para los orientales, sea cual sea el resultado obtenido, siempre se puede mejorar con un poco más de esfuerzo. Este mensaje que forma parte de su cultura (todo lo que merece la pena conseguir, requiere de un esfuerzo) es lo que pone en juego el ejercicio de la atención.
Por tanto, ¿qué valores podemos asociar al aprendizaje?
RESISTENCIA | PERSEVERANCIA |ATENCIÓN
¿Qué valores podemos inculcar a nuestros hijos, no solo a través de mensajes, sino fundamentalmente a partir de nuestro ejemplo?
Su capacidad de ESFUERZO | su VOLUNTAD y capacidad de trabajo | su ATENCIÓN
Encuentro con Gregorio Luri (Parte I).
En la familia es más importante amarse que entenderse
Durante el encuentro mantenido con el pedagogo, maestro y escritor Gregorio Luri, Giovanni Alario, Director de Innovación y Formación interna en el Colegio San Ignacio de Loyola lanzó la siguiente pregunta: “Si no damos buen ejemplo, ¿no valemos para educar?” A raíz de este cuestionamiento, Luri se centra en el seno familiar, como el núcleo desde el cual debemos educar y desde el cual favorecer el entrenamiento de nuestra capacidad atencional.
Vivimos en un entorno donde abunda la información. Si no entrenamos nuestra capacidad de atención, no seremos capaces de seleccionar y convertir toda esa información en conocimiento. Para ello, ¿qué recursos podemos emplear? Luri apunta algunos: el silencio, la higiene del sueño y el ejemplo.
El silencio que parece asustar a muchos, es un recurso necesario para conseguir la atención, la calma, la concentración. Del mismo modo, la higiene del sueño propicia la retención de conocimientos y la predisposición a seguir aprendiendo. El ejemplo para enfrentarse a los problemas desde la tranquilidad, ampliando la perspectiva y encontrando así, más soluciones.
Encuentro con Gregorio Luri (Parte II).
Debemos educar en la persona que se es
Los últimos minutos del encuentro con Gregorio Luri, nos llevaron a analizar el papel del educador desde la prudencia y el equilibrio. No podemos dejarnos llevar por el contexto en el que nos movemos: Demasiada información, siempre con prisas y la tecnología avanzando más rápido que nuestra capacidad de analizar las consecuencias de su uso.
Por este motivo y reflexionando sobre el uso de los dispositivos móviles en el Centro, Alario comparte con Luri, el deber ético que adquiere el Colegio San Ignacio con las personas que educa, a pesar del uso que se hace de la tecnología sobre todo en las etapas de ESO y Bachillerato.
A esto, Luri responde:
- Tenemos la necesidad de reconocernos delante de esa tecnología. ¿soy dependiente?, ¿soy libre?, ¿me ayuda a desarrollar mi trabajo?.
- Una vez reconocida mi posición frente a la tecnología, podemos elegir libremente si rendirnos a ella o ponerle condiciones. Expresar con la palabra la experiencia que uno tiene nos ayudará.
En este sentido, el diálogo entre educadores y niños o adolescentes se convierte en crucial, porque, siendo el niño, una persona con más energía que sentido común para controlarla y el adolescente, aquel que trata de ganar a toda costa una privacidad que a veces no se sabe controlar, el sentido común lo debe poner el adulto.
Sabiendo que la tecnología efectivamente consume nuestra capacidad de atención, lo importante no es educar en la tecnología, sino en la persona que se es. Y ese educar a la persona pasa inevitablemente por dotar a los hijos o alumnos de una herramienta necesaria para su completo desarrollo: la confianza.
Encuentro con Gregorio Luri (Parte III).
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